Por aclamación popular

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Como adenda a la entrada profesores-alumnos 2011, hay que resaltar como merece la valiosa aportación del laureado delantero torrecampeño don Gabriel Denia. Olfateó el gol durante todo el partido, no cejó en el empeño goleador en ningún momento e incluso cuando las fuerzas parecían doblegarlo, sacaba aliento para levantarse. Cuando en los últimos instantes del partido marcó el logrado tercer gol, las gradas enloquecieron y el equipo, apiñado, arropó al líder. Pero la apoteosis se produjo cuando Gabriel se acercó a las gradas, se quitó la camiseta y ofreció su valeroso pecho al enfervorizado público femenino. Desde ese momento, henchido de gozo, el Messi de Torrecampo pasó a formar parte de la leyenda viva del Albariza.

Gabriel en un partido internacional